La tercera entrega de la saga Imperia de  Carola Vercaigne ha sido todo un reto. Tras dibujar un Leviatán y un dragón, el unicornio parecía no tener "chicha" y no encontraba fuerzas para empezar a dibujarlo. No encontraba la forma de ilustrar un animal poderoso del nivel de los dos anteriores. La descripción del unicornio estaba clara, era oscuro, negro, con la crin y el cuerno blancos y los ojos grises. Una compañera de trabajo me comentó que el unicornio medieval tenía las pezuñas de una cabra y no los cascos de un caballo. Empecé a emocionarme con la idea del unicornio cuando encontré la fotografía de una escultura de un caballo con las manos levantadas. 

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Carola me llamó un día y me dijo que había soñado que en la portada de este tercer libro, el unicornio parecía que estaba pisando al espectador... decidí trabajar sobre la fotografía de la estatua e imágenes de caballo frisones negros. Hice varias versiones (boca abierta, las patas con o sin pelaje...) hasta llegar a la ilustración final del libro. El fondo estaba claro, en el libro, los "Cuernos" o hijos del Unicornio, son agricultores y viven en tierras de enormes campos de cereal... el dorado era el color de este libro.

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